MAQUILL(AGE)

   Hay mujeres que a determi­nada edad, unas a los 40, otras a los 50, ya no se sien­ten a gusto con ciertas pren­das de vestir excesivamen­te cortas o ajustadas y van adaptando su look a estilos más vaporosos, elegantes o funcionales que, en defini­tiva, les hagan sentir más cómodas con su nueva edad o incluso con su nueva fi­gura, que también se ha transformado. Algo muy parecido sucede con el ma­quillaje. El lienzo sobre el que pintamos ya no es el mismo de antaño sino que se ha vuelto más rugoso, fino y con pliegues, por lo que muchas mujeres buscan otros modos de maquillarse teniendo en cuenta las nuevas necesidades del rostro. Pero al igual que hay quienes a los 60 se ven estupendas (y los demás también las vemos) enseñando rodillas y escote, hay mujeres que a pesar de sumar muchas primaveras no renuncian a un rouge atrevido si eso les da un toque sexy que les hace sentir bien. «La edad no es una razón de peso para cambiar de maquillaje», afir­ma Baltasar González Pinel, sénior artist de MAC, que piensa que deben cambiar el maquillaje en función de los sentimientos y estilo de vida, más que de la edad. Lloyd Simmonds, make-up artist internacional de Yves Saint Laurent, se manifiesta en el mismo sentido: «No hay normas más allá de las que cada uno se quiera imponer. El maquillaje es un modo de expresión. Es arte con mayúsculas, es poder satisfacer a la mu­jer de forma que se sienta bella por fuera y por dentro, es todo un sentimiento y una forma de vida. ¡Es luchar contra el aburrimiento!». Miguel Ángel Álvarez, maquillador oficial de Max Factor, afina aún más: «Con los años no debemos olvidarnos de los beneficios, tanto físicos como psicológicos, que reporta un buen maquillaje a la hora de sentirse guapa y atractiva, pero sin intentar copiar las tendencias de la moda que muchas veces re­sultan incompatibles con los rostros más maduros».
   Aun así, nuestro afán de perfección hace, como dice Gato, make-up artist de Maybelline NY, que «a partir de los 40 enfo­quemos el maquillaje a recuperar el frescor del rostro y a cubrir los efectos del paso del tiempo». Pero cuidado con convertirlo en un simple trabajo de restauración, porque es mucho más que eso: «Una vez hechas las correcciones necesarias, hay que disfrutar del cambio que producen unas pestañas negras, el efecto ahumado en grises cremosos y unos labios desde naturales a un profundo ci­ruela», anima Baltasar. Lloyd Simmonds pro­pone fijar especial atención en la zona de los ojos: «Nuestros ángulos empiezan a ser descen­dentes y es lo primero que hay que trabajar pa­ra cambiar la expresión de la mirada».
   Los productos que empleamos tampoco de­ben ser los mismos que hace unos años: «Tene­mos que utilizar maquillajes más hidratantes y reafirmantes», apunta Miguel Ángel. En este sentido, la industria cosmética se ha puesto a investigar y ha desarrollado bases que son una auténtica revolución como las de efecto lifting: «Yo las prefiero a las cremas que tienen este mismo efecto, porque si te aplicas una de estas cremas y encima el maquillaje, se crean unas partículas antiestéticas difíciles de retirar», declara el maquillador de Max Factor que encuen­tra en estas bases un dos en uno perfecto: trata­miento y maquillaje. «Las bases efecto lifting llevan una cantidad de agentes hidratantes y nutritivos que cuidan y rejuvenecen la piel.
   También contienen partículas de luz que difuminan las pequeñas arrugas y aportan luminosidad. Y, además, suelen combinar una buena cobertura para rojeces y manchas de edad sin que por ello dejen un efecto artificial demasiado cargado», desmenuza Gato.
   Entre los coloretes triunfan las textu­ras en crema: «Aportan más fres­cura e hidratación al rostro», afirma el maquillador oficial de Maybelline. Respecto a la aplicación, debe ser «como lo hayas hecho siempre», «sin afán correctivo», coinciden Mi­guel Angel y Baltasar, «enfatizando en el centro del pómulo, a modo de mejillas sonrosadas», concreta Lloyd. En cuanto al tono, Miguel Ángel apuesta por los melocotones y rosa­dos, más suaves «porque los marro­nes pueden añadir años».
   Para las sombras de ojos, en cambio, los maquilladores se decan­tan por las texturas en polvo que son menos pesadas y más cómo­das porque apenas se mueven «y como con los años los párpados tienden a perder su firmeza, de otra manera los tonos podrían mez­clarse», apunta Miguel Angel. Gato recomienda «aplicar poca can­tidad y solo donde el párpado la necesita para ganar volúmenes o luminosidad». En cuanto a los colores no hay normas, es más, Bal­tasar anima a no evitar los tonos oscuros: «En general, se piensa para las mujeres maduras en tonos suaves, y al final conseguimos un Iook Sophia Petrillo de Las Chicas de Oro y no creo que sea, en general, la opción deseada... Piensa en una definición suave para looks diarios y luce glamour en la noche o en ocasiones especiales. Edad no es igual a parecer un algodón de azúcar», sentencia.
   La máxima, pues: ser una misma y disfrutar: «Lo que más re­juvenece es una actitud fresca, elegante y con la suficiente fuer­za para defender quiénes somos sin dejarnos influir por la opi­nión general», apunta Baltasar que alienta a «buscar tu maqui­llaje, no que el maquillaje te busque a ti». Pero una vez que nos hemos contagiado de ese espíritu, hay algunos trucos que, sin forzar o «pretender parecer más joven, simplemente mejorarán tu aspecto y te darán una actitud jovial y segura porque te verás más guapa. Para mí este es el mejor secreto», afirma Miguel Án­gel. Para Lloyd el truco está en no cargar la piel de producto y aportarle mucha naturalidad: «Algo que siempre suelo hacer es elegir un maquillaje de un tono más claro que el de la piel y trabajarlo muy bien, así consigo que se vea una piel más joven». «Aplicaciones ligeras y de acabado jugoso son la clave para lu­cir una tersura real», afirma Baltasar.

   Lo que aporta mucha frescura al ros­tro es el iluminador «si se aplica en el centro de la frente; también sua­viza el rictus con un toque en la barbilla y en el pliegue nasolabial», apunta Gato. Para Lloyd un punto fuerte a la hora de maquillar un rostro con más edad son las cejas: «Hay que llevarlas con un diseño que pronuncie bien el ángulo alto o, en caso de no tenerlas muy po­bladas, perfilarlas según los ángu­los del rostro». Con los años, ade­más de las cejas, se desdibuja el contorno del labio y también la línea superior de las pestañas y hay que tomarse tiempo para repasarlas pero «siempre del modo más su­til del mundo, intentando imitar su antigua forma natural más que creando una nueva», afirma Miguel Angel.
Mar Peiteado

1 – CORRECTOR PURE COVER MINERAL, DE MAYBELLINE (~9,49€)
2 – SÉRUM Y BASE 2 EN 1 AGELESS ELIXIR, DE MAX FACTOR (~19,05€)
3 – SOMBRA DE OJOS ANTIOXIDANTE, DE CLINIQUE (~26€)
4 – ILUMINADOR ANTIEDAD, DE BELCILS (~17€)
5 – MAQUILLAJE EFECTO LIFTING RESILIENCE LIFT EXTREME, DE ESTÉE LAUDER (~43€)
6 – COLORETE EN CREMA TONO SOMETHING SPECIAL, DE MAC (~18€)
7 – PANORAMIC VOLUME MASCARA, DE SENSILIS (~19€)
8 – EYELASH GLOSS, DE M2 LASHES (~50€)
9 – COLOR RICHE SÉRUM 305, DE L’ÓREAL PARIS (~15,45€)
10 – LACA DE UÑAS, DE AINHOA (~10,35€)
11 – SOMBRAS DE OJOS 5 COLORES, DE DIOR (~56€)
12 – LÁPIZ DE CEJAS, DE YVES SAINT LAURENT (~19,70€)

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